¿Cómo afecta el uso de whastsapp a nuestra vida? ¿Hemos pasado del “deseo” a la “necesidad”? ¿Utilizamos las nuevas tecnologías de forma racional y controlada? Una invitación a la reflexión personal.

Como nos afecta el uso del Watshapp
El uso de las nuevas tecnologías se ha instaurado desde hace unos años en casi la totalidad de los hogares, de tal forma que es difícil imaginar personas de nuestro entorno que no tengan un teléfono móvil, una tablet, una cuenta en facebook, y como no un ordenador con acceso a internet, por lo que estar conectado a la red wifi, se convierte en una necesidad, y no un deseo del cuál uno pueda prescindir.
Y es que, nuevas tecnologías, sobre todo las referentes a la comunicación, forman ya parte de nuestra vida cotidiana, trasformando el ámbito personal, familiar, la vida laboral y las relaciones sociales.
Estas nuevas tecnologías nos facilitan una comunicación cómoda en la distancia, rápida, eficaz incluso gratuita en el caso de Whatsapp.
Centrándonos en este tipo de mensajería todo parecen ventajas, siempre que se utilicen de una forma racional, pero su uso indebido o sin control puede generar conflictos personales y problemas graves como la adicción.
PELIGROS DE LA ADICCIÓN A WHATSAPP
En un árticulo de 2012, el catedrático de Psicología de la Universidad del País Vasco, Enrique Echeburúa ya destacaba algunos de estos peligros en el uso indebido de mensajería Whatsapp, entre otros, su uso como herramienta de control sobre otras personas, o como el uso indebido en las relaciones sociales que podía suponer un desinterés por la vida real.
Cuatro años después, los efectos respecto al uso irracional no han hecho más que acentuarse, afectando y alterando sobre todo nuestros hábitos sociales.
Contemplamos en el trasporte público, en cualquier terraza o cafetería, como grupos de amigos utilizan el móvil de forma constante, aparentemente manteniendo conversaciones a dos bandas en lo que resulta un contacto irreal, en el que oír es confundido con escuchar, despersonalizando las relaciones sociales.

Adiccion moviles watshapp
Otra muestra de esta carencia de control son los casos donde el uso del móvil se convierte en una conducta potencial de riesgo, por ejemplo si se realiza mientras se conduce, mientras se trabaja o incluso cuando se cruza una calle, ya que supone una pérdida de atención.
El síntoma más destacado que muestra el paso de ser usuario de Whatsapp a depender o abusar de este tipo de mensajería es la incapacidad de control sobre su uso, interviniendo negativamente en actividades de la vida cotidiana.
ADICCION A WHATSAPP EN LA EDUCACION
En el ámbito de la educación el uso Whatsapp ha irrumpido con la creación de los grupos, en forma de curso escolar, de equipos deportivos, de extraescolares o actividades temporales. Estos sirven como una herramienta eficaz de intercambio de información, consulta y toma de decisiones respecto a la temática que les une.
Sobre este ámbito, el uso indebido y sin control es bastante común en la práctica. En algunos de estos grupos, de forma inconsciente, se acaba facilitando la pérdida de responsabilidades de los propios hijos, o se potencia la inseguridad en la toma de decisiones de algunos padres cuando se utilizan como fuente de consulta constantemente.
En algunos casos, la permanencia en estos grupos se debe al miedo al rechazo de los demás o temor a no sentirse aceptados dentro del grupo de pertenencia, fomentando las dependencia y la falta de autonomía y afirmación.
No hay que olvidar la responsabilidad como educadores de los padres o madres, como modelo a seguir e imitar dentro del ámbito familiar. Por lo que deberíamos ser los primeros en establecer un uso racional de las nuevas tecnologías.
La realidad nos muestra que no es real el mito de que la dependencia a internet, redes sociales o nuevas tecnologías afecta solo a jóvenes o adolescentes, sin embargo también hay una amplia parte son adultos con debilidades y carencias.
Entendiendo la comunicación, tanto verbal y no verbal, como el puente por medio del cúal estamos conectados es necesario que asumamos responsabilidad del uso racional y controlado de estos nuevos medios de comunicación, con el fin que sirvan de herramientas útiles y beneficiosas en nuestras relaciones sociales, y en ningún caso sustituyan a estas, o nos transformen para no necesitarlas en nuestro desarrollo personal.