Entre los psicoterapeutas hay a menudo diferencia de criterios acerca de si es aconsejable o no incluir a la familia en el tratamiento de los problemas, Sin embargo, cuando hablamos de adicción, hay unanimidad en considerar que la familia del adicto es clave a la hora de entender y tratar el problema de adicción, es por ello que la intervención familiar en el tratamiento de deshabituación es una pieza fundamental es nuestro centro.
Pero, aunque la mayoría de los tratamientos específicos de adicciones incluyen asistencia familiar, no siempre la familia del adicto ha sido entendida, atendida, ni aprovechada como recurso terapéutico. A lo largo del tiempo, la adicción ha sido considerada de forma diferentes y ello ha determinado, al menos en parte, la forma de implicar a la familia.
En un primer momento, se tendía a pensar que una adicción era una desgracia que caía sobre una familia inocente, por lo que la atención familiar se limitaba a ofrecerles un espacio donde ser escuchada y atendida en su sufrimiento. Después se enfatizó en las relaciones familiares como origen del problema, ofreciendo entonces un espacio de asesoramiento y reduciendo su papel a vigilante de unas normas impuestas por el propio programa o tratamiento o por el propio terapeuta. Este tipo de implicación, rn muchas ocasiones, perjudicaba a la familia al producir un sentimiento de culpabilidad, que les hacía considerar la adicción como consecuencia de una pésima educación o de una carencia de afecto.
Ofrecer escucha y asesoramiento es importante, pero hablar sobre un problema no es intervenir en él. La intervención es lo que hace efectiva la implicación familiar en el tratamiento de las adicciones. Intervenir sobre cada miembro de la familia implica considerarlo parte en el problema y, por tanto, en su resolución.
La terapia familiar sistémica ha resultado ser una de las más eficaces a la hora de implicar a la familia, ya que considera a esta como un sistema en el que cada miembro influye y se ve afectado por el comportamiento del otro.
De igual forma que la persona adicta necesita aprender una serie de estrategias que el tratamiento le proporciona para poder cambiar su forma de relación con el mundo y consigo mismo, el resto de la familia necesita un tipo de intervenciones que normalmente no proporcionan los tratamientos específicos de adicciones.
VENTAJAS DE LA INTERVENCIÓN FAMILIAR
¿Qué ventajas aporta la intervención familiar sobre otros tratamientos que no la contemplan?
1) A veces un problema de adicción es el resultado de una historia familiar conflictiva donde se han dado carencias importantes. Pero otras veces el problema surge en familias completamente normales, con una adecuada historia de educación. Que la familia de un adicto sea problemática y conflictiva es una importante razón para empezar a trabajar con ella. Si no lo es, la disposición al tratamiento puede hacer que el problema sea más fácil de redefinir y por tanto de solventar.
2) Normalmente el adicto consume drogas mucho antes de que lo sepa su familia. Sin embargo, la familia percibe, a menudo, el problema antes que el adicto. Por esta razón, es habitual que la familia del adicto acuda a los profesionales antes que el propio adicto. En numerosas ocasiones, el adicto acude a tratamiento “empujado” por sus familiares, sin conciencia de problema.
Redefinir el problema, es decir, en lugar de centrarlo en la adicción centrarlo en las dificultades en la relación familiar que en ese momento existe y los problemas que ello provoca, independientemente de que el adicto reconozca que la droga le está produciendo algún tipo de daño en su cuerpo o en su mente, permite la posibilidad de iniciar un tratamiento. Esto es especialmente importante cuando existe un problema de adicción, ya que cuando se desestima un tratamiento puede transcurrir mucho tiempo hasta volver a tomar la decisión de iniciarlo, y en ese tiempo se puede producir un importante deterioro físico, psíquico, económico y relacional.
3) Independientemente del papel que la familia tenga en el origen de la adicción, cuando el problema se hace evidente, la familia sufre y este sufrimiento es ya una razón para que reciban ayuda profesional.
4) La familia tratará de poner en marcha todos sus recursos para ayudar al adicto pero no siempre saldrá bien: harán cosas que atenúen el problema, otras que no produzcan cambios notables pero, desgraciadamente, otras que empeorarán el problema. Organizar esfuerzos, descartar estrategias improductivas y potenciar las productivas es otra razón importante para incorporar a la familia al tratamiento.
5) La familia, al igual que el adicto, necesitará mucha información acerca del trastorno, su origen, su curso, los peligros, el futuro… para enfrentarse al problema.
6) Una familia bien atendida es la mejor garantía de continuidad en el tratamiento de los adictos, mas incluso que un adicto bien atendido.
ESTUDIOS SOBRE INTERVENCIONES FAMILIARES
Diversos estudios han demostrado la eficacia de las intervenciones familiares en el tratamiento de las adicciones (Girón y cols., 2002; Stanton y Shadish, 1997; Ozechowski y Liddle, 2000; Becoña y Cortés, 2008)
Estos ESTUDIOS sobre la implicación de la familia en los tratamientos de deshabituación han evidenciado los siguientes resultados:
- La Intervención Familiar ayuda a retener a los pacientes en los programas de tratamiento más que los tipos de intervenciones comunes: Esto es así porque los abordajes familiares consiguen aumentar el compromiso de los pacientes y sus familias con los programas de tratamiento La baja tasa de abandono en las intervenciones que se basan en el trabajo familiar es especialmente importante en adicciones ya que la adhesión al tratamiento, es decir, la permanencia en el mismo hasta su finalización, es una de las mayores dificultades con las que se tropieza en la intervención con estos pacientes.
- Los resultados terapéuticos de la intervención familiar son superiores cuando se comparan con los tratamientos que solamente utilizan orientación y asesoramiento en el área familiar.
- Específicamente en adicciones, recibir intervención familiar es más eficaz que recibir solamente intervención individual y/o grupal.
- La intervención familiar, ha demostrado mejorar las relaciones de parejas y la integración social tras el tratamiento.
- Los abordajes familiares consiguen reducir el nivel de consumo de drogas postratamiento.
- En los casos en los que existe además un trastorno psiquiátrico los tratamientos que incluyen intervención familiar consiguen reducciones de síntomas psiquiátricos.
- Los adolescentes drogodependientes tratados con intervenciones familiares logran un mejor funcionamiento escolar.
- La intervención familiar consigue mejorar de forma significativa el funcionamiento en la familia (comunicación, ambiente, flexibilidad, disminución de conflictos, etc.). y la normalización e incorporación social.
Por ello, en APROVAT hemos creado TODOS, un programa que ofrece atención integral a toda la unidad familiar.
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